Marisa Nolasco
Edgar de Jesús no volverá a abrazar a su hija que aún es un bebé, ni saludar a sus vecinos que lo admiraban; un grupo armado cobardemente le quitó la vida a él y a su compañero, cuando cumplían con su deber.
Este domingo dos de marzo de 2025, lo sepultaron en el panteón de Chapultepec en Puebla, luego de velar sus restos durante la madrugada en Valle de los Ángeles.
Era policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Puebla, buen amigo, elemento responsable y una figura paterna para algunos vecinos que lo conocían.
A “Chucho” como le llaman de cariño le gustaba el fútbol, amaba su trabajo y era un elemento responsable, que no merecía morir de esa forma.
Entre los que acudieron a darle el último adiós estaba un niño, que dejó de comer porque no se hace a la idea de que su amigo está muerto.
La abuela del menor dice que su nieto conocía a “Chucho”, quien jugaba con él y lo quería mucho; el menor lo admiraba y ahora está desconsolado.
Edgar Jesús y Alejandro Osorio, hacían un servicio la madrugada del sábado primero de marzo en la colonia del Valle en Puebla.
Malandros en tres vehículos los rodearon y les dispararon en múltiples ocasiones y luego se dieron a la fuga.
Al llegar al lugar, sus compañeros encontraron los restos a un lado de la patrulla, a uno de ellos le volaron el cráneo.
