Marisa Nolasco
Carlos René Rojas Domínguez es el nombre de un poblano, que temen, esté entre los restos hallados en el Rancho Izaguirre o campo del terror, en Jalisco.
Su madre, Martha Domínguez, está desesperada y esperando poder viajar, para ir y cavar con sus propias manos y buscar a su hijo.

‘Calochi’ como le llama de cariño, desapareció el cuatro noviembre de 2019 en la terminal de Tlaquepaque, Jalisco, luego de que el conductor del autobús en el que regresaba de Nayarit, hizo una parada y lo dejó.
Carlos René vendía huaraches en Tepic, Nayarit, iba y venía a Puebla, sin embargo ese día bajó al sanitario y al salir, el autobús lo había dejado.
Corrió por la nueva central camionera buscando desesperado el camión, pero resbaló y se golpeó la cabeza, comenzó a sangrar.
Un vigilante lo vió y le hizo curaciones, ‘Calochi’ no tenía cómo regresar y se quedó dos días varado en la terminal, después, nadie sabe qué pasó.
Su madre y hermanos lo fueron a buscar hasta la central camionera pero ya no estaba, nadie supo decirles a dónde o con quién se fue.

La central camionera de Tlaquepaque, Jalisco, es el sitio donde según testimonios de víctimas, los del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) los citaban con engaños y se los llevaban al Rancho Izaguirre.
Martha Domínguez no quiere ni imaginar que su ‘Calochi’ haya tenido el mismo destino que cientos de jóvenes, de los cuales solo encontraron sus prendas o cenizas en el ‘rancho del terror’ en Teuchitlán el pasado cinco de marzo.
La mujer participó este 15 de marzo en el acto de vigilia y luto nacional en el zócalo de Puebla, por los jóvenes torturados y asesinados en el Rancho Izaguirre.
Colocó la ropa y zapatos de su hijo, rodeado de 400 veladoras y decenas de pares de zapatos de desaparecidos en Puebla.
Carlos René es el mayor de tres hermanos, es padre de tres menores, tenía 36 años de edad cuando desapareció.
Su madre lo espera, ya no sabe qué decirle a sus nietos que preguntan por él, ella no está completa y asegura que no va a descansar hasta tener a su hijo de vuelta.

El ‘Calochi’ comenzó a vender huaraches a los 13 años de edad, años atrás vendía dulces y ayudaba a su madre.
A los 14 años ya viajaba solo a Tepic, Nayarit, un lugar que amaba y donde vendía sus huaraches.
Se casó, pero su matrimonio no duró mucho tiempo, se divorció y regresó a vivir con su madre y sus hijos, pues ella le ayuda a criarlos.
Martha Domínguez tiene 58 años de edad, desde que vió en las noticias del hallazgo de restos óseos y prendas en el Rancho Izaguirre, no puede dormir.
Al cerrar los ojos empieza a imaginar el horror que vivieron los jóvenes reclutados contra su voluntad y pide a Dios que su ‘Calochi’, no esté entre esos restos.
