Marisa Nolasco
Rafael ‘Rafita’ de 12 años de edad, no desapareció ni lo raptaron robachicos; lo asesinaron y enterraron en el patio de la casa de su papá, Alfredo Huerta, en la colonia Playas del Sur en Puebla.
Durante cinco años, su madre Teresa, pidió y suplicó a los agentes de la Fiscalía General del Estado de Puebla que catearan la casa de su ex.
Siempre le respondían con largas y le decían que tenía que esperar, que solo era cuestión de tiempo.
Así pasaron cinco años y hasta la tarde de este lunes 14 de abril de 2025, encontraron los restos del pequeño enterrados en el patio de la casa donde vivió sus últimos cinco meses con su padre y madrastra.
Teresa y Alfredo se separaron, pero compartían la custodia de sus dos hijos; en mayo de 2020 fue la última vez que ella vio a Rafita.
Sorpresivamente el menor le llamó un día y le dijo que no quería saber nada de ella; la mujer intentó buscarlo pero según Alfredo y su nueva pareja, Rafita no quería contestar ni verla.
El siete de octubre de 2020 la madre de Alfredo llamó a Teresa para informarle que el menor desapareció un día anterior, luego de salir a la tienda.
Teresa investigó y sondeo a los vecinos, todos le decían que el pequeño sufría golpizas del hombre y la mujer.
Nadie lo vio salir de la casa y a pesar de los testimonios, la Fiscalía cateó la vivienda 5 años después.